Recrudece

Así mismo recrudece
labios espina racimo de hiel,
mi pena ahonda
lastima y fecunda,
salvas al viento morado de truenos,
mi alma espera con insistencia animal
la absolución,
el llanto final,
su saliva en mis labios,
el ayer redimido,
la carne en su justo sitio,
el fin?

Acrobacias

El dolor es no ser,
y ser en el tiempo,
que hoy, esta noche,
pasa consumiéndome,
en la inmovilidad de una vida
afectada de parálisis,
de potencialidades que lastiman
condenadas a la no realización.
El cuerpo aturdido y contrariado
por la expresión que no llega,
mientras que lo que dice
son solo acrobacias
para no estrellarse.

Umbilical

Seres,
miles de estrellas moribundas
tiñendo el cielo oscuro
de los días que no son,
oh! dulce melodía cósmica,
emerjo de mi cuerpo vejado
hacia el llamado
de tu luz sustanciosa y umbilical
que me envuelve como útero
y me revela
la materia efímera de la vida
que brota de tus pliegues

Anochece

La brusca oscuridad abolió el matiz,
esparcida dominante
con su reguero de estrellas
y su tardío consuelo
de abovedada inmensidad
mi corazón desgrana
en angustiosa ofrenda

Fulgor

La noche espesa de sombras,
de sueños lunares,
ofrece su vientre
de voluble sensualidad
profusa y recóndita
dónde el alma olvida,
reverbera en la greda inerme
con el fulgor de un hervor mineral
que sosiega la vida
y la refugia
bajo su pulso milenario

Derredor

Bullen las imágenes hoy,
revestidas de lenguaje,
pugnan azarosas
su destino orgánico y semántico,
la más ardua empresa para mí
que la más de las veces
es apenas ensayo y esbozo
de un anhelo inasequible,
el de gestar un todo concurrente
de forma y sentido
que siempre ceja incompleto,
mudo y balbuceante.
Pero si esto es autoconsuelo,
metadiscurso,
por qué no logro un tema
que vehiculize el impulso expresivo?
la muerte, el corazón del hombre,
el sentido, la nada, el amor,
el tiempo-delirio, el cuerpo, la sed,
los apetitos, la tierra, la especie, el yo,
todo es parte de la conciencia
que emite y recibe
estímulos e interrogantes,
angustia y devoción,
donde la unidad que pretendo ser
se intuye insuficiente y desgarrada,
noche y derredor...

Bruces y Fauces

Vacío como desierto,
accidente que emula bruces y fauces,
tierra y vientre
que desanda y obedece,
órgano ausente e inanimado a la deriva,
vierte savia
sustancia consciente
que derramas vida

Las Formas

Y el corazón se derrama eterno
ahora
sobre su lecho de dolor
fértil y uterino,
trascendiendo las formas opresoras
en un espasmo omnisciente
que abandona la historia
y se descubre divino.

Sueño

Horas,
intermitentes bramidos de tiempo,
se expande la materia
hambrienta de vacío,
solo sueños que interrogan a la especie,
caudal de fragmentos escintilares
que acribillan la conciencia
y balbucean injertos abominables,
semas fugitivos y multiformes
de cavernosa procedencia
ungidos en cópula onírica
de labios y planetas,
de recorridos orgánicos
que se estrellan
en un único plano
quimérico y atemporal

Verbo

Todo respira paralizado,
un enjambre de silencios desborda
la discontinua sensación de la oscuridad,
yace mi cuerpo anhelante
fracturado y urgente,
si la noche murmurara
en un imposible lenguaje
su cometido
la pena sería su canto desesperado,
embebido de angustiosa pulsión
y ungida ofrenda,
y tu cuerpo ubérrimo
el verbo por toda respuesta

Impotencia

Escribir, las palabras,
en tanto impotencia,
no son más que actos de autocomplacencia,
esfuerzos estériles de regeneración,
porque la vida jamás se alínea
tral el sentido ordenador
que un código antropológico le pretende conferir,
solo arabescos fatuos,
recurso desesperado del alma
que conciente del caos al que pertenece,
intenta sublimar su experiencia degradatoria
en un espacio acotado que le brinde
la inmovilidad de la comprensión y la eternidad,
que le son vedadas como sustancia.

Ornado

Escarba,
arrastra tu cuerpo sobre mí,
seducción de la madre tierra,
gravedad del alma,
contempla el cielo gris,
portento tumulto inquisidor,
desplomarse ávido
en nuestros corazones rasgados
que filtran con embriaguez
un infinito dolor
luminoso y cautivante

Fugacidad

Brotará del verbo una revelación?,
lo que persigo
no está reñido con la naturaleza fugaz,
inasequible
de lo conciente?
no es una dolorosa continuidad
inagotable e insuficiente
la experiencia
en todas sus expresiones?
que ame o sufra
o tan solo respire...
no desembocan tales estados
en un mismo destino universal,
ceñido al tiempo de los cuerpos,
al ocaso gigantesco
que la vida recicla
y que la tierra abraza
con sepulcral esmero?

Tu cuerpo

Tu cuerpo que evoco
desde el tumulto de objetos transfigurados
que amalgama la conciencia
en un inextrincable patrimonio histórico-subjetivo
de sucesos afectivos-materiales
emerge con la fuerza
del deseo más nítido y trascendente
de la vida que se impone al caos,
revestido de verdad imperativa
y por tanto desesperante,
que siempre recupero
como una pulsión inconciente que se alimenta
de la voluptuosidad doliente
de algo semejante
a una tragedia consumada

Herida

Obra sobre mí,
frío,
duele el tiempo
que nos retiene inmisericorde,
mi yo sitiado
por las fuerzas inconcebibles,
y en este absurdo colosal
faltaba que ella naciera
la herida que pena irredimible
por sus labios

Otoño

La interminable estación
que nos precipita en el vórtice,
vorágine corpórea
de sombras y accidentes,
un simulacro de tiempo
engulle cansino la vida

Conciencia

El fluir de la conciencia embrutecida,
dislocada, volúmen objetual,
el soporte material
de la impresión perceptiva que llamamos vida...
si desbrozamos lo accidental,
el sustento cíclico y perecedero,
el despojo final es la esencia indefinible, metafísica,
autoreferencialidad imposible...
quiero gritar ahora,
un deseo febril de expansión corporal
destructora de la materia que me rodea,
como si instintivamente,
siempre lo más profundo en mí
se revela en forma de impulsos inarticulados,
atisbos de conciencia velados y confusos
pero tan intensos como regidores,
resolviera un conflicto interno y perpétuo,
pero nada resuelvo...nada...
como si fuera posible...

La Roca

Oh! vida!,
las cuencas desbordas
con tu luminoso empuje
de sangre
que fluye hacia ella,
que todo lo contiene,
la roca, la carne, la tierra
que reclaman
la materia humana
como nutriente

Disperso

Ah! el dolor!...
El dolor es el tiempo
que todo lo arrasa,
soy solo forma,
léxico,
signo disperso,
arrebatos sensoriales
que no arriban al sentido
y...ya lo dije todo,
todas mis angustias
las recorrí con ardor,
como si nombrarlas
fuera suficiente.

Dolorosa Esfinge

Te amo mujer divina
carne que sobrevives al tiempo
dueña del todo
eco del sol abrasador
te amo siempre
dolorosa esfinge
de labios sagrados
y ojos profundos

Estéril pulsión volitiva

Diría
que cualquier acto de enunciación
de toda pose existencial
resultaría más elevada
de lo que mi conciencia toda
puede alcanzar,
soy insuficiente intelecto,
aferente psique impotente,
una fútil, absurda, estéril
pulsión volitiva.

Pavor sagrado

Indeclinable orgullo
y pavor sagrado
del yo
exponiéndose
ante las realidades potenciales
de la vida programática e insaciable,
infructuosa, agónica,
menesterosa y vil.

Sólo yo y mi hemorragia

es posible que encuentre mi yo?,
quien habla soy yo?,
alguna forma
de desprendimiento mental autodeterminado?,
o soy la especie,
un ente transhabitado,
un médium de una energía prístina
que sobrevive a través de mí
hasta que no me necesite?,
sin embargo sufro de cualquier modo
la necesidad de expresar, de amar, de sentido,
y para qué?, para qué la vida?
podríamos ser moléculas elementales,
protozoos, y todo daría igual...
al menos cuento con la espontaneidad,
bien,
soy solo yo y mi hemorragia...

Cuerpo irremediable

Ya no poder volver, sí,
el cielo sufrido
y mi carne seca y fría,
abismos y fosas
demoradas sobre mí,
que hacer temblor,
como escribirte?,
me odio en cada intento
y así es imposible...
y seguiré,
a pesar de todas estas heridas
que colecciono
como siguen los resignados,
que son tan cuerpo irremediable como yo,
pero ella es real cuando me da muerte,
y sin embargo todo podría ser diferente y,
aún así, nada cambiará el final,
pero que quiero?,
la indefinición del ser?, no,
lo que no quiero es el dolor,
pero dolor es vida.

Espuria invocación

No sirvo, disto,
no espero, no muero ni vivo,
muero siempre
después que me arrasa tu crepúsculo,
tu imperiosa carne en fuga irremediable,
la vida que mueres cada día,
sí, la nada, la nada cada segundo que no retengo,
y sí, todo no importa, porque,
de que sirve un recuerdo,
una desamparado instante mnémico,
una magra evocación condenada al olvido,
al ocaso amargo del tiempo fugitivo,
y todo es al fin recuerdo,
materia y sustancia inaprensible,
espuria invocación

Soledad y cuerpo

Piel, ascuas de amor,
soledad y cuerpo,
sangre cerval que recorre el tiempo,
las muertes son solo ecos tenues
de un mundo antiguo y olvidado
para las almas raudas
del cielo negro.

La agonía de la carne

Amar sobre un mar de muertes,
sentir la futilidad de todo,
el alma corroyéndose día a día
en el tiempo absurdo
de los hombres y las cosas,
de los hechos inmutables
y la agonía de la carne...
y quieren que viva por ellos,
sin amor ni objeto...

Desencanto fatalista

Cuanto más lúcido
parece mí entendimiento
más me acerco
al desencanto fatalista
que reduce lo fenomenológico
a una broma absurda y cruel,
mi cuerpo
a un accidente imposible
que se deshace desolado.

Vestal

Siento cientos de cielos
que irradian tu terrible dolor
de mujer agonía,
vestal que crujes
bajo el peso de la pena
que los hombres prodigan

Malditos

El principio no es relevante,
siembra contingencias
el destino de los cuerpos,
malditos de tiempo y corrupción.

Instantáneas

Como hacer
del pensamiento instantáneas
y no corregir
impulsos desquiciados,
un vómito heteróclito e informe
de espasmos sensoriales.

Autofagia

Furor suicida,
materia imperfecta y roja
de sudor animal,
puente al delirio ciego y hostil
que ahoga la mente
en el tumulto del cuerpo en corrupción,
así estoy hoy,
reducido a la expresión más instintiva
del auto desprecio,
autofagia
frenética y degradante.

El impacto del ocaso

Siento el impacto del ocaso,
y el cuerpo aturdido
que sostiene ahora
lánguidamente la vida,
llora desde sus entrañas
el amor que no dí.

Las venas que inundan las calles

Las venas que inundan las calles,
mi espectro va con ellas,
vacío y loco de dolor,
errante pena que sangra
senderos absurdos
que ella ha recorrido
alguna vez.

síncope

Mi amor muere,
y con él la vida
que arrastra,
que ya no vale nada,
sólo un síncope denodado
condenado a repetirse
hasta que el último sol
lo consuma.

Brotan malheridas

Cómo y qué,
desoladas y agónicas preguntas
disparadas
que brotan malheridas
al dios de los hombres y las cosas,
cielos insondables,
yazgo postrado
abrazado al dolor eterno de su entierro,
enamorado de un fantasma,
de una pena

Transido

Debo hacer de mi carne valor,
debo lanzarme sobre el enjambre de cuerpos
y arrancarles una vida,
con ella luego pasearme consecuente
repitiendo días y agonías,
que serán nada y nada será todo
en el transcurso transido de olvido,
un olvido que nace de la fragilidad orgánica
de una arquitectura somática
arrasada por el flujo exterior
que impertérrito hace crujir al cosmos
en un latido arcaico e infinito
donde eclosiones de estrellas,
soles y planetas
son vomitadas y devoradas
alternativamente
en el gran festín orgiástico de los elementos.

Te amo

Te amo y...yo debo ser,
yo ansío y divago,
querría ser más
pero soy solo impulsos contractivos,
y la vida, es la vida el conjunto?
se podría definir como la vida en el mundo
esa colección enfermiza de cuerpos
que apenas retengo día a día?,
ayer la ví, en diferentes cuerpos,
la misma agonía en mí,
el mismo misterio inaprensible
de sus rasgos amplios y regulares ,
sus ojos dolorosos y su boca sagrada
que me dejan aturdido y turbado,
envuelto en la angustia de saber
que ese encanto
es abrumadoramente superior
a las fuerzas que poseo....

Desdémona

Sale de mí,
miasma aleatorio,
Desdémona! gritan los siglos,
oh! derredor,
desamor,
directriz que consumes
los cuerpos absurdos de los hombres,
mi carne es tuya,
mi carne es tuya....

Cuchillos

Como no dejar morir los sueños
te amo
Tus labios como cuchillos
desgarrando el velo de la noche

amor y sangre
tu boca último refugio
el más recóndito y cálido abandono