jueves, 5 de noviembre de 2009

Umbral

No quiero detenerme en el umbral,
entonces voy...
el mundo y yo es una contienda
infinitamente desigual,
me sorprendo en fuga
revelando mi yo más profundo
que se diluye inasequible,
hoy por ej me resulta gracioso,
absurdo pero festejable,
pero hay días que sufro horrores,
como si ya nada importara,
y esa renuncia representara
el abandono de toda expectativa en la vida,
una derrota humillante
que no permite retorno alguno,
y que puedo decir, nada, solo ruido,
no hay contenido ni empatías,
y cuando las miradas arrojan
ese ultimo esfuerzo antes de colapsar,
y atormentado busco un soporte
que no descubra
la precariedad inevitable de los vínculos,
el corazón y la mente,
el alma lesionada
cruje y se derrumba
en la más amarga de las revelaciones.

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